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Los relojes confiscados llevaban impresos las marcas "Rolex", "Omega", "Breitling", "Ferrari" y "Armani". por José A. Delgado Washington, 23 may (EFECOM).
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La Cámara de Representantes de EEUU tiene previsto aprobar mañana el acuerdo comercial con China, que ha causado una profunda división en el Congreso y mantiene enfrentados a los sectores industriales y sindicales del país.
En lo que se espera sea la votación más controvertida del año en el Congreso, los 435 miembros de la Cámara Baja votarán mañana en torno a la resolución que otorgaría a China el estatuto permanente de relaciones comerciales normales.
"Hemos alcanzado los votos necesarios", dijo el representante demócrata James Moran, al pronosticar la aprobación de la resolución "4444" que terminará con la revisión anual de las relaciones comerciales con China.
Los demócratas, según los republicanos, necesitarán aportar entre 70 y 80 votos para conseguir la aprobación del proyecto, al cual la Casa Blanca quiere convertir en el principal éxito de la política comercial exterior del gobierno de Bill Clinton.
Para todos los efectos, la votación de mañana definirá la suerte del estatuto permanente - una promesa hecha por la Casa Blanca a China como parte del acuerdo comercial de noviembre pasado -, pues se da por segura su aprobación en el Senado a principios de junio.
La división que existe en la Cámara baja sobre este tema mantiene aún ocupadas a las empresas - que favorecen la aprobación de la medida - y los sindicatos - que se oponen -, que hasta el último momento celebran reuniones con legisladores indecisos.
"El voto a favor del estatuto permanente de relaciones comerciales normales con China favorecerá los puestos de trabajo y las oportunidades comerciales de EEUU en esta competitiva economía global", indicó hoy el presidente de Microsoft, Bill Gates.
Para Microsoft, el gigante de la informática que en este momento está acusada de violar leyes antimonopolio, "votar a favor del acuerdo comercial es votar a favor de internet", según Eric Koening, que hace presión en el Congreso en nombre de la empresa.
En un artículo de opinión en el diario "The Washington Post", Gates sostuvo que la actividad de Microsoft en China - donde emplea a 450 personas - demuestra la importancia de hacer negocios en ese país asiático.
Con 1.200 millones de habitantes, China representa un mercado prácticamente virgen para las empresas de informática, pues sólo el 2.5 por ciento de la población tiene computadoras, en comparación con el 50 por ciento en Estados Unidos.
La posición de Microsoft y otras grandes corporaciones, como Motorola, ayuda a la campaña de la Casa Blanca y los líderes republicanos del Congreso, que desde el campo político defienden el acuerdo comercial con China.
Los demócratas corren el riesgo de enojar con esta votación a las más importantes organizaciones obreras, sus aliados tradicionales y que buscan detener la creciente ola en favor del libre comercio y la globalización.
El presidente de la Unión de Estibadores. Camioneros, James Hoffa, ha advertido a los demócratas que el tema de China es fundamental para los sindicatos y que no habrá "respaldos gratuitos" en las elecciones de noviembre próximo.
"Los 1.5 millones de hombres y mujeres de esta unión se merecen y demandan que se les rinda cuentas por nuestros respaldos y contribuciones económicas", dijo Hoffa, desde cuyos cuarteles generales se coordina el voto en contra del acuerdo comercial.
Para la AFL-CIO, a la cual están adscritos la agrupación sindical de los estibadores, el estatuto permanente de relaciones comerciales normales con China supone permitir a las grandes empresas trasladar sus fábricas a un país con mano de obra más barata y sin derechos laborales.
Los sindicatos, además, no están satisfechos con la decisión del Congreso de vincular a la resolución sobre China la creación de una comisión del Ejecutivo. Legislativo que se dedicará a revisar la situación de los derechos humanos en el país asiático.
"¿ Qué de positivo tendrá una comisión que no tiene fuerza de ley para implantar sus recomendaciones?
", cuestionó Hoffa.
En noviembre pasado, Estados Unidos acordó con China tramitar en el Congreso la permanencia del estatuto de relaciones comerciales normales, que ahora se revisa anualmente, y apoyar la entrada de Pekín a la Organización Mundial de Comercio (OMC).
China, por su parte, otorgará un acceso sin precedente a sus mercados a los productos estadounidenses de los sectores de telecomunicaciones, agrícolas y seguros.